viernes, 23 de diciembre de 2011

Un poeta y 10 preguntas / Una entrevista de Pablo Moreno

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Walter Iannelli



















1-¿Dónde se encuentra el germen de tu creación?   /// quizás,
 si es por el origen:¿Cómo te involucraste, cómo caíste?  
Y si es por el método:  imagen, contenido, experiencia, sonido;  
qué gatilla el poema?
Bueno, me gusta eso que decía Juarroz acerca de “vivir en estado
 de poesía” y aunque mi relación con el mundo es muy concreta
 me ocurre que me asalta con frecuencia cierto estado de extrañeza. 
Porchia también decía en una de sus voces: “Algo de inocencia 
nunca se aparta de mí, y es ella la que me protege”. Permitirme
mirar con inocencia -como si fuera la primera vez, quiero decir- 
ciertos objetos, actitudes, situaciones -una semilla de tomate, 
un perro meando las plantitas del florista, la rejilla del baño, por 
ejemplo- me da mucho material. Por otra parte, como algunos saben, 
soy eminentemente narrador, quizá porque entiendo lo difícil que 
es concentrar en un poema el corazón de una emoción o de una idea. 
Pero hay veces en que veo que no necesito de un cuento o de una 
novela para trabajar por acumulación alguna idea específica: 
es entonces ahí cuando escribo poesía.
2- Las influencias son necesarias e inevitables, a veces hasta 
deseables pero ¿cómo logra  liberarse de ellas? ¿Se es más libre 
cuando se han sacudido las influencias?
Las influencias son necesarias pero no es absolutamente necesario 
librarse de ellas. Cuantas más sean mejor, más poetas seremos en 
uno solo. No me imagino a un escritor libre de la amalgama de todo
 lo que ha leído porque no sería nada o estaría condenado a recorrer 
en una sola vida todo el camino de la literatura. Por último creo que 
es inevitable ser uno mismo. Es más fácil ser uno mismo que intentar 
copiar a los que te han gustado.
3- Cree que la poesía actual hecha en Argentina es comparable a 
aquella de los años  vanguardistas construida en torno a la revista 
Martín Fierro, y sus grupos de Florida y Boedo?.
No sé si entiendo bien esta pregunta. Se suponía que en los casos de 
Florida y Boedo unos eran los “románticos” y otros los “sociales”. 
No sé si en estos tiempos podríamos hablar de ese tipo de 
clasificaciones. Básicamente yo dividiría a los poetas en dos categorías: 
la primera, los poetas de oficio, aquellos que utilizan siempre aquellas 
mismas palabras pretendidamente poéticas en los lugares en donde 
siempre estuvieron, y los verdaderos creadores, aquellos que se animan 
a correrlas de su lugar ordinario y a correr su mirada de los lugares en 
donde tradicionalmente estuvo la poesía. En otra categoría, prefiero 
la poesía que trabaja sobre el sentido para luego buscar sus formas 
o su propio lenguaje, sin deseñar su música, su ritmo, su secreta 
simetría.
4-¿Qué te parecen los mecanismos alternativos de difusión de las 
obras poéticas? que han sido alabados en igual medida que criticados///
Estupendo. Creo que hoy vivimos en el mejor de los mundos posibles 
en ese sentido. Podemos leer autores de todo el mundo con sólo entrar 
a Internet, aun cuando sus libros no lleguen nunca a nuestras manos. 
Por otra parte es relativamente más fácil editar que en otros tiempos. 
Es cierto que hay que saber buscar entre un mar de palabras, 
pero eso es mejor que la ceguera.
5- Cual  es el pacto que estableces con el lector? ¿Es populista 
hacerse entender?  el virtuosismo, es soberbia?
De antemano, ninguno. Pienso en un lector como yo, y escribo lo que 
me sorprende a mí mismo. No puedo imaginar a un escritor que pueda 
trabajar para un lector menos sensible, perceptivo o inteligente que 
sí mismo, ni uno que lo haga para uno que sea más en todo eso, 
porque no tendría con qué afrontarlo. En una palabra, si sos estúpido 
escribirás para estúpidos y no para inteligentes o sensibles y viceversa.
Con respecto a lo de hacerse entender me gustaría hacer una 
diferencia entre lo sugestivo de un poema y la oscuridad gramatical. 
Un poema, para mí, debe ser diáfano gramaticalmente, y sugestivo y 
misterioso en su propuesta. Es decir, el lector debe a mi juicio poder 
seguir “algún” tipo de hilo conductor, pero el sentido último del 
poema debe cerrarse como un eco por afuera del texto mismo. 
Denevi decía: “La poesía no es el pensamiento mismo, es la 
onomatopeya de ese pensamiento”. A mí me gustar pensar que la 
poesía es ese eco que dejó el poema luego de ser leído.
El virtuosismo al pedo es soberbia, cuando es necesario, no. 
Prefiero intentar decir las cosas complejas del modo más simple, 
lo cual a veces es más complejo que decirlas de un modo 
complicado. Me guardo los “caños” y las “bicicletas” para 
cuando realmente hace falta. Ahora bien, decir algo de modo 
simple no quiere decir que eso dicho pierda su efecto, 
sugestión o belleza. Todo lo contrario. Cuando más muestre 
las manos el mago, más fuerte será la ilusión.
6-¿Creés que el poeta, como tal, tiene un compromiso social 
particular, o más bien se trata de una sensibilidad más 
expuesta a los males de la sociedad?
Creo que el compromiso del poeta ya está cumplido con escribir
 poesía. Si todo el mundo escribiera poesía, narrativa, teatro, 
no habría guerra ni tanta gente jodiendo al otro. La poesía, 
creo, es en sí un compromiso social. Si además el poeta es 
talentoso, solidario y buena gente, mejor. Si tiene una mirada
 política y piensa con libertad, tanto mejor. La idea de que el 
poeta es un ser sensible expuesto a los males de la sociedad me 
da gracia: pienso en un ser mínimo, ataviado con una capa, 
subido a un banquito y a punto de clavarse el puñal de la 
incomprensión en el medio del pecho. La poesía es una
bendición, y no un castigo. Y el hecho de que el poeta venda 
pocos libros y sea un ser con una sensibilidad que lo pone 
todo el tiempo al borde de las lágrimas también lo es: si lo 
pensamos bien, no hay nada mejor que crear sin condiciones 
y contar con la posibilidad de recorrer todo el dial de la 
emoción sin demasiado esfuerzo.
7- Hay varios lugares comunes: toda poesía es política, 
el subjetivo es político, etc. Cómo, según tú, se articularía 
lo político en literatura, desde el retrato. Desde la queja? 
Desde la disección de la realidad? 
Bien, supongo que eso es una cuestión de cada autor. 
Me gusta el retrato y la mirada de la realidad, por ejemplo, 
de autores como el chileno Donoso. Sin embargo lo 
fantástico muchas veces también está cargado de ideología 
y es una forma de exploración, proposición, reflexión y 
denuncia. La queja en sí misma la dejaría para el panfleto.   
8- Cuál fue el último libro de poesía  que leíste?
Tengo en este momento tres libros abiertos que recibí de 
manos de sus propios autores: Donde la sed, de Carlos Dariel, 
Entreveros de Susana Cella y El Gruñido y otros poemas de 
Enrique Solinas.
9- Cómo te sitúas en el dilema arte premeditado  v/s arte 
no premeditado; mapa del poema v/s escritura sobre la 
carne caliente del asunto?
Entiendo que el dilema desvele a algunos pero para mí no 
reviste gran importancia. Creo que lo que cuenta es el 
resultado final. Quien quiera que haga el mapa del poema, 
quien quiera que escriba para enterarse de lo que quiere 
decir. Cada letra es una marca que determinará quiénes 
seremos después de escribir el poema y quiénes cuando 
escribamos el próximo poema. Yo escribo todo el tiempo, 
a veces perseguido por una idea que me obsesiona, a 
veces sólo con la calentura. De hecho vivo de asuntos 
literarios varios: no soy yo haciendo literatura, es la 
literatura haciéndome a mí. 
10- Según tu criterio. Que poeta vivo que habría que 
releer en la actualidad?
Giannuzzi porque todavía está vivo y, para releer o 
descubrir, a Arturo Carrera, Irene Gruss, Rogelio 
Ramos Signes, Luis Lhoner y yo (bueno, lo último 
es una invitación).

*Noviembre del 2011

Walter Iannelli (Bs. As., 1962) Publicó entre otros 
Alguien está esperando (cuentos), Sanpaku (novela), 
Zumatra y la mecánica de tu corpiño (poesía), 
Metano (cuentos) y La invención de lo real (novela). 
En narrativa fue distinguido por el Fondo Nacional 
de las Artes en los años 1995, 2000, 2001, 2003, 
2004 y 2008. En 2007 obtuvo el segundo Premio 
Municipal de Literatura del Gobierno de la Ciudad 
de Buenos Aires a novela editada en el bienio 
2002/3 y en 2008 la Beca Nacional de Creación 
del Fondo Nacional de las Artes para la escritura 
de una novela. Recientemente recibió el Premio 
Internacional "Juan José Manauta" otorgado 
al mejor libro de cuento édito entre 498 títulos 
presentados provenientes de 29 países.

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